por Kalima Ros ©

Origen

El chamanismo es el lenguaje más antiguo de expresión espiritual, que conoce la humanidad, debido a que su origen se data en la época prehistórica y por lo tanto es anterior a cualquier religión.
De todos es conocido que todas las tribus, razas, culturas y tradiciones, contaba con una persona que era capaz de ver, sucesos ajenos a la realidad diaria, además de tener el poder de comunicarse con fuerzas o entes invisibles para el resto de la comunidad. Esta persona fue conocida como Chamán.
El vocablo Chamán deriva de la lengua de los tungus de Siberia, se interpreta como :" el que sabe" o "persona sabia", más en concreto esa palabra significa "aquel que conoce el éxtasis", o lo que es lo mismo, aquel que ha trascendido el cuerpo y la mente, sometiéndose a una profunda experiencia espiritual. Un Chamán en cualquier raza o cultura, es un hombre o mujer que ha culminado con éxito un largo camino de aprendizaje.
De todas las clases conocidas de Chamán, vamos a centrarnos en el Chamán Rúnico, que inició su andadura entre los pueblos indígenas del norte de Europa, Escandinavia e Islandia, y su conocimiento y percepciones se basaban en unos dibujos angulares denominados Runas. Dicho conocimiento muestra grandes rasgos con las percepciones espirituales de los indios norteamericanos y con el Tao de Oriente.
Aunque como todo saber o religión apócrifa fue suprimida, peor por más que intentaron hacerla desaparecer conjuntamente con cualquier otra mancia, esta sobrevivió, y hoy de nuevo nos brinda todo su conocimiento y sabiduría. Los chamanes rúnicos son en la actualidad al igual que sus predecesores, hombres y mujeres dotados de un conocimiento exahustivo de las Runas, formas angulares talladas en piedra, madera e incluso en objetos personales. Se consideraron un código secreto, que podía manifestar acontecimientos futuros.
Las Runas han sido difamadas por medio de asociaciones que se consideran ocultistas, con magias y brujerías, amén de estrecharlas íntimamente con el movimiento nazi, debido a que este utilizó algunas inscripciones rúnicas como insignias.
El renacer de las Runas en las últimas décadas del siglo XX, ha sido gracias a aquellos que han redescubierto a estas como un instrumento mágico, otros por el contrario las siguen viendo como lo que realmente son uno de los puntales de la religión precristiana de Odín, y por último nos encontramos a los que han violado su principal misión, usándolas como amuletos de la suerte.
Sin embargo las Runas no llegaron a nosotros para servir a intereses egoístas, religiosos ni como medio de adivinación para desentrañar nuestro propio destino. Nos fueron concedidas como una bendición, en nuestras manos fue depositada la palabra de los dioses, sus vaticinios, sus conocimientos, su sabiduría. Las Runas nos muestra la importancia de la búsqueda interior, y nos incitan a experimentar por nosotros mismos las estrechas relaciones entre los físico y lo espiritual, lo que podemos ver y lo invisible a nuestros ojos. De este modo podemos constatar que los planos físicos, mentales y espirituales, no están ni separados ni divididos, sino que por el contrario son diversas facetas de un todo integro y compuesto.

Susurros
La tradición nórdica se divide en : actitudes espirituales, creencias, costumbres y prácticas, de los pueblos que habitaron el norte de Europa, en las que se incluye las islas Británicas, Escandinavia e Islandia, antes de la era cristiana. Esos pueblos denominados paganos, no eran bárbaros como se nos ha querido hacer creer. Sus condiciones de vida eran muy mínimas, y su entorno era muy duro, pero a pesar de ello compartían un profundo amor y respeto a la Tierra, y enseñaban la necesidad de respetar el entorno natural junto a todas las demás formas de vida con que la compartían. Y al igual que en nuestros días, existían diversas religiones y conceptos filosóficos, así como variedad en las prácticas y costumbres dependiendo de cada comunidad, aunque todas tenían algo en común que se resume en los principios esenciales. Todos creían en las fuerzas creadoras que existen en la Naturaleza, y que el hombre puede encaminarse en un sentido positivo o de creación, o negativo y de destrucción. Estos pueblos, estos denominados "bárbaros" trataban de establecer un punto de equilibrio con la Naturaleza que los rodeaba y consigo mismo, consiguiendo esa armonía con los ritmos de la Tierra. Ninguna verdad era considerada absoluta, puesto que nada hay de absoluto, la vida y la muerte no se comprendían como una amenaza a sus creencias, sino que por el contrario se trataban con puntos de vista diferentes de una Verdad polifacética, entre estos "bárbaros" había tolerancia y respeto.
Muy al contrario de otras religiones, entre estos pueblos no se imponían ideas religiosas, prevalecía la igualdad de sexos, no en el sentido que se entiende por el de hombre y mujeres que desempeñan trabajos similares, sino que atribuían el mismo valor a ambos sexos, que se complementaban en una asociación en la que cada cual aportaba a aquello del que el otro carecía. Un concepto del todo natural porque contemplaban el Cosmos como la simbiosis de las polaridades masculina y femenina.
Los dioses y diosas del odinismo, la principal religión nórdica, se personificaban en inteligencias o fuerzas invisibles que se mostraban detrás de las fuerzas creadoras de la Naturaleza y el Universo. Se les atribuyeron personalidades y características como anteriormente se les atribuyo a los dioses pertenecientes a otras culturas y religiones. Estos dioses amaban, odiaban, peleaban, construían o destruían a voluntad, comportamientos muy similares a los del hombre. No eran dioses creados por medio de alucinaciones, o nacidos de la imaginación de una mente fértil, y tampoco eran representaciones simbólicas. Eran seres reales, porque se manifestaban a través de la Naturaleza, cada uno de sus comportamientos tenía una manifestación visible a pesar de su invisibilidad.
Cada uno de los dioses y diosas que comparten el panteón de la religión odinica, personifica cualidades que el ser humano es capaz de comprender y asimilar, de tal manera que su accesibilidad era como la de un padre, una esposa , una hermana, un consejero, un maestro, dependiendo de las necesidades personales del momento. Para estos pueblos los dioses habían recorrido todas las facetas de la andadura del hombre, y por ello sentían una empatía hacia ellos mismos, entendiendo como tenía o debía de ser la vida humana.
La deidad principal se entendía como una imponente figura patriarcal, que se reconocía no solo como jefe de todos los dioses, sino que ejercía también el papel de Gran Padre, o Creador, ya que de el salió la simiente que lo creo todo.
Este Gran Padre era Odín, que deriva de una antigua voz nórdica "od " que significa "viento" pero también "espíritu que lo invade todo". En el que todo vive, me mueve y es.
El mismo vocablo también designa la acción de andar, con lo que la presencia se muestra activa, en sus viajes por la Tierra. El espíritu se compara por tanto con el aire y el viento, debido a que su presencia no puede verse, tan solo se siente.
El aire durante varias generaciones se comparó a el modo en que los pensamientos fluyen a través de la mente, por ello Odín tenía asociado el Poder Mental, del pensamiento inspirado y creativo. Odín en su papel del Gran Padre, originó el Universo, era la personificación de la unidad familiar, la sabiduría, la orientación y la protección. Este Gran Padre era conocido por 49 nombres, lo que nos índica que gentes de diferentes culturas y tradiciones, usaban nombres diversos para definir a la misma entidad.
El Padre Odín se representaba frecuentemente a lomos de un caballo de ocho patas (que representaba el tiempo), que le trasladaba entre los diversos reinos del Espíritu y la materia.



Kalima Ros

(CONTINUARÁ EN CURSOS)

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